Hoy me dejaré morir por ti.
Ya no tendrás lágrimas. Las he bebido de los cántaros de tus ojos.
Ya no sentirás melancolía. Te la arranqué del corazón.
Así que recomienza tu vida y regálame tu dolor.
Y del cielo ni te acuerdes.
Que ya lo cubrí con telas de nubes negras.
Y a tus fantasmas ni los menciones.
Que mis historias los han ahuyentado.
Déjame recetarme toda tu amargura.
Que a mí ya ni efecto me hace.
Pero si mis palabras no te ayudan.
Me arrancaré las cuerdas vocales para ahorcarme con ellas.
Y si tu casa se tiñe de gris, te ofrezco un ramo de lunas.
Ponlas en tu mesa cuando te sobre nostalgia.
Y cuando deseches todo tu dolor y logres una sonrisa.
También deséchame a mí.
2 comentarios:
Cuando uno ama, lo demás no importa. Uno se entrega hasta en las palabras. Todo se vuelve una ofrenda, y nada basta, aunque se muera en el intento.
Me gusta leerte, amigo.
La contradicción:
"Te la arranqué del corazón/Así que recomienza tu vida y regálame tu dolor."
"Pero si mis palabras no te ayudan. Me arrancaré las cuerdas vocales para ahorcarme con ellas."
Expresas a la perfección las dos caras del ser humano: quiero pero no puedo. Puedo pero no lo haré, todavía no...
Siempre desaprovechamos el tiempo en lo que consideramos importante... y luego no nos queda más remedio que acudir a elementos de suicidio improvisados con nuestras cuerdas vocales
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