El néctar de los lobos

Espacio de placer sensorial. Cuentos, poesía, fotografía, periodismo... empalmes creativos. Los llaman góticos, de terror, románticos, de amor, de nostalgia, de abandono, de venganza... de la vida misma. Tinta electrónica que, aun sin ser palpable, es transmisible... Un vouyerismo literario.

Quién fuera la vida para sucederte

Quién fuera la vida para sucederte.
Quién fuera tu ángel para llevarte de la mano.
Quién fuera la miel para endulzarte la boca.

Quién fuera la belleza para ser contemplada por tus ojos.
Quién fuera el secreto para ser guardado en tus labios.

Quién fuera el sudor para resbalar por tu piel.
Quién fuera la embriaguez para entrar por tu boca.
Quién fuera la locura para beberte los pensamientos.
Quién fuera la ilusión para brillarte la mirada.

Quién fuera la muerte para cerrarte los ojos con un beso.

Quién fuera el miedo para hacerte temblar de un susurro.
Quién fuera el dolor para lastimarte donde es preciso.
Quién fuera la desgracia para tomártela en serio.
Quién fuera la rabia para cegarte los ojos.

Quién fuera la melancolía para ennegrecerte.
Quién fuera daga para penetrar profundo tu piel.
Quién fuera el aire para lamerte la sangre.
Quién fuera el infierno para poseerte y comenzarte otra vez.

Quién fuera la vida para volver a sucederte.

Quién fuera el corazón para llevarte por siempre en el pecho.
Quién fuera la calma para arroparte en un abrazo.
Quién fuera la risa para sacudirte por dentro.
Quién fuera la ternura para emocionarte con lo pequeño.

Quién fuera la inspiración para nacer de ti.
Poner un verso en las cejas y un soneto en la sonrisa.
Quién fuera mi poesía para que algún día leas estas líneas.