El néctar de los lobos

Espacio de placer sensorial. Cuentos, poesía, fotografía, periodismo... empalmes creativos. Los llaman góticos, de terror, románticos, de amor, de nostalgia, de abandono, de venganza... de la vida misma. Tinta electrónica que, aun sin ser palpable, es transmisible... Un vouyerismo literario.

Surcando las líneas de tu mano


Somos ojos que se urgen a luz apagada pero a ventana abierta.
Besos que, ya entretejidos, forman estrellas y les muestran el camino.
Y mis dedos van surcando las líneas de tu mano.
Insistiendo tus palmas, como cambiándote el destino.

Somos dos versos empecinando la misma estrofa.
Inspiración que, ya confesada, forma poemas sin estación.
Y mis labios te acupunturan la espalda.
Intentando clavarse dentro, como sanándote el corazón.

Y así nos hemos enamorado.
Con tus ojos que se donan a mis versos.
Con mis besos que se donan a tu pecho.

Y me miras como si yo hubiera inventado los latidos.
Me preguntas qué hice con tu melancolía y con besos te callo.
Y al tenerte entre los labios callar es lo que yo también prefiero,
porque es mejor besarte que explicar las maneras en que te amo.

Por eso hoy traigo escondida una noche de amor en el cuerpo.
Trae mis dedos formando mapas en tu cabello...
Lleva tus dedos surcando las líneas de mi mano.
Insistiendo mis palmas, como cambiándome el destino.

Me inventarás con pedazos de otra gente


A veces, a la casualidad se le olvida mantenernos alejados,
y a nosotros recordar que la vida tiene sus propios tiempos.
De pronto hoy, después de tanto jugar a lastimarnos.
Te vuelvo a ver con los hubiera en los ojos.

Después de días de esperanzas ahogadas y anhelos heridos.
Te veo un poco muerto, como el que camina por un campo minado.
Y hoy, justo cuando finges que ya no existo, tus pasos siguen llorando.

Sí, se nota en tus pupilas. Me inventarás con pedazos de otra gente.

Y le arrancarás el sueño eterno a los muertos
para tener la mitad de la paz que yo te daba.

Por las noches, entrarás a las habitaciones de los niños
y les morderás la cabeza para beberte su inocencia.
Y así recordar un poco de la dulzura que yo te hacía sentir.

Chuparás la savia de las flores para sentir la vida que yo te daba.
Lamerás el mar para sentir la sal de mi piel.

Y le robarás belleza a la luna para reemplazar la que yo te reflejaba.
Y robarás las almas a la gente para vaciarlas
y ahí almacenar todo lo que aún me amas.

Y te faltará memoria para atesorar lo que vivimos.
Y te asfixiará tanta nostalgia.

Y querrás ser Diablo para destruirme a tu antojo.
Y querrás ser Dios para curarme bajo tus mantos.
Y querrás ser la vida para existir en mis ojos.

Pero sobre todo querrás ser mi muerte… sólo para besarme los labios.

Y arrancarás la pureza a los ángeles.
Y te robarás el viento.
Las noticias contarán que por eso las nubes no se van y siempre llueve.
Y las aves alfombrarían los parques.

Y entonces, en medio de un mundo sin paz ni dulzura ni viento,
te sentirás en condiciones y enamorarás a otros ojos voladores.
Les contarás tu vida y los enamorarás con tu risa.
Y después, cuando estén a punto de entregarse a ti, los abandonarás.
Les romperás el corazón… sólo para sentirte en mi lugar.