Mañana serás nada,
y la distancia nos dará olvido.
La sangre volverá a las venas
y los leopardos por fin amansarán sus rugidos.
Mañana serás nada
y habrá girasoles en la boca de cada revólver.
Las lágrimas volverán a los ojos
mientras las balas se me van arrancando.
Y mañana, cuando seas nada,
verás cómo habrá lienzos en el cielo.
Los mares pacificarán su piel de agua
y nadaré con ballenas.
Hoy aún eres algo, pero mañana serás nada.
Y las granadas dulces volverán a ser rosadas
Las cebras volverán a beber de mis ríos
y en el océano bailaré con lobos de mar.
Mañana simplemente serás nada.
Y los amaneceres olerán a café tostado.
El sol dejará de amanecer roto
y el viento exhalará mariposas.
Cuento los minutos para que llegue mañana y seas nada.
Y el tranvía volverá a hacer arribo en mi estación.
Dejaré de rasgar la piel de la noche con el filo de la luna
y de su azul vientre arrancaré un manojo de estrellas.
Mañana volverás a ser nada
y las hojas secas se me irán cayendo.
Las orugas volverán a tejer capullos en mis cabellos de ramas.
Y los pájaros tallarán una sonrisa en mis labios de corteza.
Y volveré a ser roble.
Sí, mañana serás nada.
Pero eso será mañana.
Hoy quiero que me sigas doliendo,
por lo menos un poco…
por lo menos de aquí hasta que comience a amanecer…
y llegue mañana… y seas nada.
y la distancia nos dará olvido.
La sangre volverá a las venas
y los leopardos por fin amansarán sus rugidos.
Mañana serás nada
y habrá girasoles en la boca de cada revólver.
Las lágrimas volverán a los ojos
mientras las balas se me van arrancando.
Y mañana, cuando seas nada,
verás cómo habrá lienzos en el cielo.
Los mares pacificarán su piel de agua
y nadaré con ballenas.
Hoy aún eres algo, pero mañana serás nada.
Y las granadas dulces volverán a ser rosadas
Las cebras volverán a beber de mis ríos
y en el océano bailaré con lobos de mar.
Mañana simplemente serás nada.
Y los amaneceres olerán a café tostado.
El sol dejará de amanecer roto
y el viento exhalará mariposas.
Cuento los minutos para que llegue mañana y seas nada.
Y el tranvía volverá a hacer arribo en mi estación.
Dejaré de rasgar la piel de la noche con el filo de la luna
y de su azul vientre arrancaré un manojo de estrellas.
Mañana volverás a ser nada
y las hojas secas se me irán cayendo.
Las orugas volverán a tejer capullos en mis cabellos de ramas.
Y los pájaros tallarán una sonrisa en mis labios de corteza.
Y volveré a ser roble.
Sí, mañana serás nada.
Pero eso será mañana.
Hoy quiero que me sigas doliendo,
por lo menos un poco…
por lo menos de aquí hasta que comience a amanecer…
y llegue mañana… y seas nada.
1 comentarios:
Un poema poderoso con originales recursos de una sensación que se juega la vida por un ansiado mañana.
Sigue escribiendo y mañana tu sí serás alguien...
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