El néctar de los lobos

Espacio de placer sensorial. Cuentos, poesía, fotografía, periodismo... empalmes creativos. Los llaman góticos, de terror, románticos, de amor, de nostalgia, de abandono, de venganza... de la vida misma. Tinta electrónica que, aun sin ser palpable, es transmisible... Un vouyerismo literario.

Mañana serás nada

Mañana serás nada,
y la distancia nos dará olvido.
La sangre volverá a las venas
 y los leopardos por fin amansarán sus rugidos.

Mañana serás nada
y habrá girasoles en la boca de cada revólver.
Las lágrimas volverán a los ojos
mientras las balas se me van arrancando.

Y mañana, cuando seas nada,
verás cómo habrá lienzos en el cielo.
Los mares pacificarán su piel de agua
y nadaré con ballenas.

Hoy aún eres algo, pero mañana serás nada.
Y las granadas dulces volverán a ser rosadas
Las cebras volverán a beber de mis ríos
y en el océano bailaré con lobos de mar.

Mañana simplemente serás nada.
Y los amaneceres olerán a café tostado.
El sol dejará de amanecer roto
y el viento exhalará mariposas.

Cuento los minutos para que llegue mañana y seas nada.
Y el tranvía volverá a hacer arribo en mi estación.
Dejaré de rasgar la piel de la noche con el filo de la luna
y de su azul vientre arrancaré un manojo de estrellas.

Mañana volverás a ser nada
y las hojas secas se me irán cayendo.
Las orugas volverán a tejer capullos en mis cabellos de ramas.
Y los pájaros tallarán una sonrisa en mis labios de corteza.

Y volveré a ser roble.

Sí, mañana serás nada.
Pero eso será mañana.
Hoy quiero que me sigas doliendo,
por lo menos un poco…
por lo menos de aquí hasta que comience a amanecer…
y llegue mañana… y seas nada.